
Fotografía por: Carlos Enrique Espinoza León
PRÓLOGO
por Juana Mateos de la Higuera García-Uceda
Coordinadora de la Lic. en Lengua y Literatura Modernas
Una de las características que tienen en común la gran mayoría de los alumnos de Lengua y Literatura Modernas al comenzar esta licenciatura es que “les gusta leer”, y sin embargo, es ese gusto por leer lo que hace que algunos buenos lectores no quieran estudiar una carrera académica que pueda restar libertad a su placer por la lectura. Los trabajos de investigación literaria que tenemos en este número de la revista Al Pie de la Letra Lado B pertenecen al primer grupo, estudiantes que decidieron acercarse a la lectura enfrentándose a prejuicios no siempre conscientes ni por parte de ellos ni incluso por parte de los profesores. En sus estudios universitarios deben ir mucho mas allá de sólo leer autores y textos, que además no suelen estar entre sus principales gustos personales, lo que pudiera provocarles un primer rechazo, pero pocas veces sucede y, cuando pasa, es por poco tiempo. Pronto identifican en estas lecturas lo que ha hecho de esas obras merecedoras de encontrarse en los planes de estudios, su universalidad en el tiempo. El vocabulario y gramática a veces extraño les permite reconocer nuestro lenguaje presente, igual que las historias con estructuras quizá “previsibles” para lectores del siglo XXI, que ya han visto cómo los espacios y tiempos en la literatura parecen moverse hasta el infinito, se abren paso por la esencia humana que permanece en ellas. Los alumnos no escogieron los libros obligatorios de la licenciatura, los libros los escogieron a ellos.
Mientras superan los estudiantes con naturalidad sus prejuicios, los profesores debemos hacer lo mismo cuando al impartir materias que generalmente conocemos bien abrimos nuestras opiniones a otras más frescas de quienes descubren un autor o una obra por primera vez. A todos nos ha pasado (y varias veces), que los alumnos revelan realidades de un texto que no habíamos visto pese a nuestras múltiples lecturas de éste. Cuando el profesor sabe respetar esas nuevas visiones de los alumnos puede producirse un resultado tan excelente como el que tenemos gracias a la Mtra. Virginia Carrillo con los trabajos publicados ahora en esta revista. Son estudios académicos bien dirigidos, con objetivos claros y resueltos.
Cuando nuestros estudiantes decidieron presentar públicamente estos trabajos, no buscaban lo que los investigadores profesionales deben conseguir al presentar los suyos, todavía no son expertos, quienes amantes de su trabajo también piensan en los compañeros de profesión o en sus currículum profesionales. No buscaron nada de eso, de hecho no buscaban, sólo presentaron en sus trabajos lo que encontraron, de ahí la frescura que percibirán al leerlos. Una espontaneidad de la que los profesores disfrutamos en nuestras clases y que ahora ustedes podrán compartir.
Muchos de los comentarios e interpretaciones que hacen los alumnos en nuestras aulas permanecerán en las clases futuras, cuando los profesores los repitamos, pues así lo hacemos (espero que todos con el debido crédito al estudiante-autor). Esa permanencia es más fuerte cuando se atreven a publicar sus trabajos y mucho más fácil de compartir con las nuevas generaciones. Por lo que sólo nos queda agradecerles que decidieran estudiar nuestra licenciatura, nos enriquecen continuando entre nosotros mucho más tiempo del que duran sus estudios formales. Ellos abandonan las aulas pero sus trabajos y sus ideas se quedan con nosotros, aunque algunos se van demasiado pronto y demasiado lejos…