
Heitvrider
Ilustración: Mario Guillén Ordoñez
Escrito por: Mariana Esquivel
Nos prometieron que los sueños podrían volverse realidad,
pero se les olvidó mencionar que las pesadillas también son sueños.
Oscar Wilde
Alicia se ha enojado conmigo, ahora no quiere jugar. Laura está muy triste porque dice que mamá se la ha llevado, que ya no la veremos jamás. No habrá más historias ni canciones. Ella sabe que sin Alicia, la bruja nos va a comer. Me he puesto a llorar y Laura me ha regañado, ahora me duele la panza porque mamá nos va a castigar. No quiero que me abrace porque está temblando “¡Quiero a Alicia, quiero a Alicia!”.
Mamá me ha regañado por gritar. Le he dicho que no volverá a pasar, pero que no se lleve a Laura. Me han dejado solo de nuevo. La puerta no la logro abrir, el cuarto está oscuro y se está poniendo muy frío. Intento subir a la cama, pero es muy alta y me resbalo con las sábanas. Yo sé que los monstruos me quieren volver a llevar. Escucho la puerta abrirse, pero ahora no quiero salir. Se ve detrás de la sábana la sombra de ella, me acaricia la cabeza y otra vez tengo ganas de gritar, llorar, pero sólo me duele el estómago cada vez más.
-Duerme, niño… Duerme y sueña para mí- No quiero, pero de nuevo los ojos me empiezan a pesar. -Alicia, ¿dónde estás?- Despierto mojado, ¡odio dormir! Estuvo demasiado cerca de mí, sin Alicia aquí. Sé que pronto me va a alcanzar.
Laura ya no quiere jugar, mamá la puso en el cuarto de Alicia y ahora la viste con su ropa y la peina igual. Casi me engaña, pero sigue temblando. Y sus dedos hinchados le sangran; sé que es Laura porque se muerde las uñas igual. Dice que se siente cansada; pero tampoco quiere dormir. La visitan cosas en sus sueños, pero no me quiere contar. Le dije que a mí igual, pero eso sólo la puso a llorar.
Mamá me preparó el desayuno. Pero la he hecho enojar, cuando vi la foto de Alicia en la caja de leche y lo he gritado. Mamá alterada me ha golpeado. Me sangra la mano por el vaso roto de cristal, mi grito la ha despertado, se acerca y me intento alejar pero me toma la mano con fuerza. Me da un beso en la herida, arde y sólo la veo saborear más. Me muerde y lame. Ahora no puedo dejar de llorar. Me deja solo en la cocina y sé que he metido en problemas a Laura.
Laura de seguro se ha enojado conmigo y por eso se ha ido. Ahora tengo que vestir la ropa de Alicia, el pelo me pica y el nuevo cuarto no me gusta. Mamá me ha presentado a mis nuevas hermanas antes de dormir. Y ahora sé que los monstruos con sonrisas, pero sin ojos, no son tan malos. Ellos así no me pueden mirar. Deseo cerrar mis ojos y no despertar jamás.